viernes, 15 de junio de 2012

Tutorías: teoría y práctica

¡Buenas tardes queridos lectores! Queridos y no tan queridos, se entiende, que a los que no os conozco no creo quereros, aunque, ¿quién sabe? ¿No es el amor la manera de conocer las cosas de manera objetiva y sin prejuicios? Por vuestro bien y por el mío, me dejaré de filosofadas por ahora, que lo que vengo a contaros está más bien dentro del ámbito propiamente universitario. Veamos. Tutorías.Teoría y práctica. Vamos allá.

  ¿Qué es una tutoría?Cuando llegas a la universidad y el primer profesor en la primera presentación de la primera asignatura dice "mi horario de tutorías es de tal a cual hora, estaré en el despacho __" tú te preguntas para qué diablos quieres saber eso, qué te importa a ti saber a qué horas está ese señor en el despacho. Pues bien, querida PetaZeta del pasado, era de vital importancia. Deberías haberlo apuntado. Luego alguien te dice realmente para lo que son: contestar dudas, pedir bibliografía (¿bibliografía?, pensaba yo, ¿no es suficiente con los apuntes? oh, pobre ilusa e inexperta).

 Luego de saber cuál es la utilidad de las tutorías debes proceder a pedir una. Aquí ya se diferencia dos tipos de alumnos:

 -Alumno de tipo A: Sin dudarlo a la primera duda va a la tutoría a preguntar. es su derecho como alumno y la obligación del profesor ayudar a saciar tu sed de conocimiento. Muy bien , alumno de tipo A, aprobarás lógica I y probablemente la II también gracias a esas pequeñas aportaciones, además te conocerán y eso influirá en tu nota de actitud. Chapó.

 -Alumno de tipo B: ¿Pedir una tutoría? ¡Qué horror! ¡Qué vergüenza! ¡Va a pensar que no sé nada! Se reirá de mí, seguro. No, ni de coña la pido. No puedo, no puedo. Muy mal, alumno de tipo B, eso está mal. No sabrán quién eres, no te enterarás de los matices y tendrás que acabar pidiendo consejo y explicaciones a los alumnos de tipo A (desde aquí mi más profundo agradecimiento de los alumnos de tipo A que han tenido que aguantar mis preguntas sobre cuestiones elementales, gracias de verdad).

 A ver, hasta aquí esta es la parte teórica de las tutorías. Te enteras de lo que es, pides una (a veces esta fase se prolonga hasta segundo o tercero de carrera), el profesor te ayuda y todos contentos.

  ¿O no?

Ahora, queridos lectores, comienza la parte práctica. Aquí me centraré más en lo que vienen a ser las tutorías de Filosofía, ya que como es parte práctica mi conocimiento sólo se basa en mi experiencia como alumna de filosofía(parece una perogrullada, pero habrá gente que comprenda este matiz).

Hay algunas cosas que debemos tener en cuenta cuando vamos a pedir una tutoría:

 - Es recomendable mandar antes un correo al profesor o advertirle en clase, ya que no suelen estar en su horario de tutorías. Mil veces ha pasado y pasará que estés esperando ansioso a que llegue justo la hora a la que empiezan sus tutorías y cuando llegues no habrá nadie. Eso es así. De hecho, a veces incluso has quedado con el profesor y no, tampoco está. Los profesores son individuos libres, así es su naturaleza.

 -Tienes que tener claro lo que vas a preguntar o decir, quedarse en blanco siempre será una opción, pero ya depende del humor del profesor lo brusco de su "me estás molestando, dime que pollas quieres ya, que tengo el sudoku a medias".

 Una vez superadas estas dos cuestiones procedamos a meternos en el despacho. Es muy pequeño, puede desde hacer un frío de cojones hasta oler a Pachuli. Normalmente estás incómodo y quieres acabar lo más rápido que puedas. Entonces haces tu pregunta, tu consulta o lo que demonios quieras. Y el profesor empieza a hablar. Y entonces toda tu atención recae en sus objetos personales. Sí, nuestros profesores tienen objetos personales por todo el despacho. Dibujos de sus niños, alguna foto por ahí, cuadros, publicaciones firmadas de colegas, lo que sea te va a llamar más la atención que lo que esté diciendo en ese momento (lo cual, recordemos, era lo que querías consequir yendo allí: esas palabras que estás ignorando). Puede pasar que entre en este momento otro profesor y se pongan a hablar alegremente, contando sus asuntos y sus proyectos mientras tu te esfuerzas por retener cada palabra que sale de sus bocas. Cuando se marche, proseguirá con su explicación y tú proseguirás mirando sus cosas que no deberían importante lo más mínimo.

 Acaba la tutoría, te pregunta "¿Lo llevas ahora más claro?" y tu asientes sin saber muy bien qué te ha explicado, pero con un montón de información nueva sobre las vidas de tus amados y admirados profesores, que, al fin y al cabo (y no sé cómo nos sorprende), son personas.

 Y entonces vas a la cafetería y comienzas: "¿Sabéis que tiene dibujos de sus hijos en el despacho? Es tan mona..."


PetaZeta

6 comentarios:

  1. JAJAJAJAJAAJ Por favor, quiero una segunda parte de esta entrada, me ha encantado... CUÁNTA RAZÓN!!!
    Los despachos de los profesores...tan característicos...

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  2. ¡Qué panzá de reir! Me siento muy identificado con la última frase jajajaja

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  3. Te ha faltado, entre los objetos personales, destacar la MÁQUINA DE CAIPIRINHAS de Pinedo y Neftalí. Es el mejor objeto personal de despacho de todos los tiempos.
    Pero qué panzá de reír... JAJAJAJA

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  4. He intentado plasmar un poquito de todas nuestras historias de tutorías...seguirá habiendo más veréis que si, si somos unos expertos en cotillear jajaja

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  5. Jajajajajajajaaja, me encanta, en serio....Sobre todo el final ese: "es tan mona....."
    Un consejo: No esperar a mitad de carrera para pasar de pertenecer al grupo B al grupo A. Los profesores entienden mejor que estés nervioso en 1º que en 3º de carrera.

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  6. jajaja ya lo he experimentado en mis propias carnes...creo que ya no me pongo histérica, aunque pregúntale a Blue, que es una alumna de tipo A que se pone histérica jaja

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