viernes, 15 de junio de 2012

¿Por qué filosofía?

Maldita pregunta. ¡Cuántas veces la habremos escuchado! Al principio molestaba, da un no-sé-qué eso de hacer filosofía, no se puede evitar ese miedo inicial. Pero poco a poco la hemos ido cambiando, hasta convertirla en un ¿por qué no? (esto de hacer preguntas, como habréis ido viendo, es mucho de filósofos, nos gusta hacerlo, pero no acostumbramos a contestarlas. "Pues yo conocí a uno que sí las respondía" Pues ese no era filósofo, era un gilipollas, y tú... tú otro gilipollas. Manía de tocar los cojones). 

Pero bueno, que no iba yo a eso, ya no recuerdo a lo que iba (también muy filosófico). ¡Ah ya! Iba a comentar algo, por eso de que estamos en fechas de exámenes, que suele pasarnos como estudiantes de filosofía (no sé si algún día podré afirmar que soy filósofo). Por raro que os pueda parecer, no somos ermitaños, lo del mito de la caverna no era más que eso, un mito (lo sé, es casi tan "hipermegafuerte" (añádasele la voz de pija para que gane realismo) como aquella vez que Belén Esteban dijo tres palabras seguidas coherentemente), no vivimos aislados de la sociedad (aunque he de reconocer que visto lo visto tampoco estaría del todo mal) y, solo a veces, estudiamos en bibliotecas donde hay más gente estudiando (el que los considere personas es un detalle por mi parte, lo sé, pero es que hoy estoy cordial). Pero es que, ¿cómo vamos a tener ganas de estudiar a vuestro lado si menospreciáis lo que hacemos, o tratamos a duras penas hacer? "No hacéis nada, eso es muy subjetivo", "¡Qué pocos folios, así aprueba cualquiera!". ¿Veis como fui bueno al llamaros solo gilipollas? (Sí, me quedé corto). Intentaría explicarlo, de verdad que lo intentaría si no supiese que es una empresa inútil, que no llegará a buen puerto, que no conseguiréis comprenderlo porque nunca os pasará lo mismo (ojalá me equivoque, y esto sí que va en serio).

Vosotros, malditos papagayos, para quienes vuestras carreras no son más que un camino hacia una meta que en su día os pareció prometedora, vosotros que hacéis del estudio un medio y no un fin en sí mismo (un +10 para quien haya comprendido esto, si vais a conserjería os lo convalidan por créditos de libre), vosotros para quienes los exámenes son verdaderas agonías porque no os gusta una mierda lo que estudiáis, ¿cómo vais a comprender lo que suponen para mí esos "poquitos" folios? Vosotros, acostumbrados a aprender para olvidar, para plasmar en un folio, durante una, dos o tres horas, vuestros "conocimientos" y luego borrarlos a  golpe de alcohol, ¿cómo pretendéis comprender lo que supone vivir con las preguntas, sin respuesta, que se me van planteando día a día, desde primero, en cada uno de esos poquitos folios? Sí, también nosotros estudiamos para pasar el examen, es importante hacerlo, y los contenidos se nos olvidan como a vosotros (mucho menos, está claro, no me voy a rebajar tanto), pero el problema viene cuando aquello que has aprendido, que te has cuestionado, no se quiere separar de ti.

¿Qué haces cuando dejas de estudiar filosofía y pasas a vivir la filosofía? ¿Qué sucede cuando tu vida se convierte en todo aquello que llevas aprendiendo? ¿Cómo impedir que las preguntas se necesiten unas a otras y absorban todos y cada uno de los momentos de tu día? ¿Qué haces cuando no puedes desconectar de lo que estudias, cuando nada cobra coherencia y la pelota, tanto en tu mente como en tu estómago, gana consistencia y tamaño?

Por eso a nosotros no nos importa pasarnos apuntes (sí, los apuntes se pueden pasar sin cobrarlos, sin pedir nada a cambio, ni nada por el estilo, así de locos estamos) y nos ayudamos, intentamos resolvernos las dudas, no mentimos sobre las horas de los exámenes y hasta avisamos si alguien no entregado una práctica para que lo haga rápido y pueda aprobar. Igual sí que estamos locos (seguramente eso os consolaría, pensar que lleváis la razón, como si fuese tan fácil, pero tampoco os voy a pedir más).

Y todo este tostón de palabras que intentan tener coherencia y significado, que la mayoría ni habéis llegado a leer, por eso de que hoy hemos tenido un examen. Sí, también nos importan las notas, a unos más que otros, pero da igual lo que saquemos, seguiremos siendo amigos (joder, la verdad es que sí que somos raros). Aún así, somos capaces de estar en el examen nada más que físicamente, intentando, en los descansos entre nuestros pensamientos personales, nuestras idas y venidas de ideas alocadas y poco recurrentes, escribir algo sobre lo que hemos estado estudiando los últimos días (tampoco nosotros llevamos las cosas al día).

Y el examen no ha acabado, a pesar de que esté entregado el folio, el examen ha pasado a formar parte de nosotros, en un intento inútil, en un esfuerzo que seguramente no tenga una gran recompensa, en un constante ir y venir en el que intentamos hacer de nosotros buenos actores de este teatro que es el mundo (esto es un pequeño regalillo para los que sabéis algo de Schopenhauer y el barroco, ya me entendéis).

Un saludo (aunque no os conozco, ni ganas que tengo),

Gueky.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. He aquí el espíritu de todo estudiante de filosofía: sí, todavía no tenemos la carrera. Aún así, somos mejores que vosotros. Nosotros pensamos.
    Cuánta sabiduría junta

    ResponderEliminar
  3. Me encanta ese lado tuyo tan gilipollas...
    y Sí, eso es estudiar filosofía, no podías haberlo expresado mejor, me quedo con el mismo párrafo que Isa.

    ResponderEliminar